La partida de la tercera ronda fue contra el buen Manuel Villanueva (la segunda sigue pospuesta). Me sentí un poco insatisfecho al concluirla porque pensé que había desaprovechado algunas oportunidades tácticas, pero el análisis de la computadora me dice que en realidad no hubo tales. En realidad, como suele ocurrirme, sobrevaloré mi posición casi todo el tiempo. Nunca tuve una gran ventaja pero lo bueno fue que tampoco estuve en ningún momento muy mal. No hubo errores serios de parte de ninguno de los dos bandos, de modo que el resultado me parece justo.
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